En el Museo de Orsay de París se pueden contemplar algunas de las obras de arte europeas y francesas más importantes de principios del siglo XIX y del XX. Turistas de todo el mundo visitan este asombroso museo para contemplar las impresionantes obras de arte de artistas de fama mundial.
Si eres amante del arte, visitar el Museo de Orsay debería ser tu prioridad. Sin embargo, como el museo es enorme, es posible que tengas que visitarlo varias veces para poder ver la extensa colección de obras de arte que alberga. Si no tienes mucho tiempo, aquí tienes cuatro obras de arte imprescindibles en el Museo de Orsay que no deberías perderte durante tu visita.
Un entierro en Ornans
Gustave Courbet pintó esta obra excepcional a finales del siglo XVIII. Quería alejarse del academicismo elitista de Dominique Ingres, Eugène Delacroix, Jacques-Louis David y otros artistas románticos. Courbet pintó a los pobres en el centro de la imagen, lo que era un privilegio exclusivo de la clase rica y adinerada en esa época de la historia.
Baile del Moulin de la Galette
Pierre-Auguste Renoir pintó Bal du Moulin de la Galette en el año 1876. Esta asombrosa obra de arte captó fácilmente la clase burguesa y la floreciente cultura de los cafés que arrasaron París a fines de la década de 1870. La vitalidad del nuevo París, una ciudad en la que la gente podía disfrutar de su día bebiendo y bailando con sus amigos, está espectacularmente representada en esta pintura.
Cena en el baile
Esta obra de arte se considera la obra más famosa del artista Edgar Degas. A primera vista, esta pintura puede parecerse mucho al Bal du Moulin de Renoir, debido a los colores vibrantes utilizados por el artista, pero con el tiempo te darás cuenta de que el artista está tratando de transmitir una señal de advertencia a los espectadores, en lugar de representar una celebración burguesa francesa.
El estudio de Bazille
Frédéric Bazille pintó El estudio de Bazille a finales del siglo XVIII, cuando las tensiones en torno a los roles de género convencionales eran cada vez más frecuentes. Esta pintura enfatiza de manera eficaz la disparidad entre mujeres y hombres en el mundo del arte durante este período. La obra de arte retrata a un grupo de hombres que analizan, hablan y observan, mientras que la única presencia femenina en esta obra son figuras desnudas en las paredes de las pinturas.